Venezuela Teocrática Y Cristiana Bajo El Poder Del Amor
Nada Hay Imposible Para Dios
San Lucas 1:37
Venezuela vive el peor momento de su historia. Hambre, odio y violencia. Pareciera que no existe una salida. Las opciones humanas han fracasado. Es hora que el pueblo voltee su mirada hacia Dios. Pero hemos de saber una cosa y es que Dios interviene para cambiar la realidad de un pueblo solo si el mismo pueblo se coloca como instrumento de Dios para su liberación. Este es el momento en que Dios se poede hacer presente en la historia de Venezuela para alcanzar su salvacion y liberación del poer de muerte que la domina. Pero sería Dios encarnado en un pueblo santo, en un pueblo que busca hacer su voluntad.
Dios ama este país y quiere ayudarlo, solo que el pecado impide que Venezuela reciba el socorro divino. Cuando hablo de pecado me refiero no solamente al pecado individual, sino también al pecado social y al pecado de Estado.
Venezuela: humíllate bajo la poderosa mano del Señor para que experimentes su amor y su salvación.
Dios te envía en este día su mensaje de amor, de paz y de reconciliación con él. Es hora de que todos los venezolanos mostremos un cambio de actitud hacia Dios y hacia todos nuestros hermanos. Depongamos el odio y la violencia. Llenemos del amor de Dios en nuestros corazones, y convirtamos ese amor en gesto concreto hacia todos, en especial hacia los mas sufridos, pero también extendamos ese amor aún hacia quienes nos odian y nos hacen violencia. Recordemos las palabras del santo apóstol Pablo al describirnos lo que es el amor:
1 Corintios 13Reina-Valera 1960 (RVR1960)
4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece;
5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;
6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.
7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
8 El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.
Romanos 12:20-21Reina-Valera 1960 (RVR1960)
20 Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza.
21 No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.
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